Año 2007 – Homenaje al Doctor Juan Patricio Cotter Moine

A diez años del fallecimiento del Dr. Juan Patricio Cotter Moine  – por Julio Carlos Lascano. 

El 18 de agosto de 2007 se cumplen diez años del fallecimiento del Dr. Juan Patricio Cotter Moine, muerto prematuramente a la edad de 54 años. El Instituto Argentino de Estudios Aduaneros quiere recordar en esta página la figura de quien supo ser, en algún momento de su carrera, Presidente de nuestra Institución. 

El Dr. Ricardo Xavier Basaldúa nos ha hecho llegar una semblanza de este formidable jurista y el Ing. Carlos Tramutola nos brinda una breve pincelada de su amistad con Cotter Moine. 

No quiero dejar pasar esta ocasión sin decir, por mi parte, que guardo gratos recuerdos de Juan, y estoy seguro que muchos en nuestro medio lo recuerdan con especial cariño y afecto. En 1988, siendo administrador de una pequeña aduana del interior del país, tuve ocasión de publicar mi primer trabajo en una revista jurídica sobre el procedimiento de impugnación en el Código Aduanero. Pocos días después me sorprendió la llegada de una carta firmada por Cotter Moine, felicitándome por ese, en mi opinión, modesto trabajo, y me instó continuar en ese camino. 

Que uno de los más prestigiosos autores del Código Aduanero se hubiera tomado la molestia de dirigir unas líneas a un desconocido funcionario aduanero, evidencia una generosidad nada común que deseo subrayar como rasgo saliente de su personalidad. 

Años después, ya retirado de la función pública, me tocó en suerte compartir con Cotter Moine una mesa de trabajo, junto a otros especialistas en derecho aduanero, contratados por el PNUD para proyectar una reforma al Código Aduanero. Corría por entonces el año 1994. 

Nos reuníamos de mañana, dos veces por semana, todos los meses. Llegaba siempre puntual a las reuniones y su presencia irradiaba una gran confianza y seguridad al equipo, pues su aporte era decisivo a la hora de resolver las cuestiones más intrincadas o de buscar la palabra justa para redactar del mejor modo el texto apropiado. 

El año pasado el Instituto rindió un merecido tributo a los autores del Código Aduanero, con motivo del 25° aniversario de su sanción y promulgación como ley de la Nación. El salón de la Cámara Argentina de Comercio lucía esa noche rebosante de gente, y aún pueden verse en esta página algunas fotos de esa emotiva reunión. 

Borges escribió alguna vez que aunque podamos ser felices con los que están a nuestro lado, añoraremos terriblemente a los que ayer estaban con nosotros y ahora se han marchado. Esa noche todos añoramos a Juan Patricio Cotter Moine.


Semblanza de Juan Patricio Cotter Moine  –  por Ricardo Xavier Basaldúa 

Juan Patricio Cotter Moine nació el 9 de octubre de 1942 en la ciudad de Buenos Aires y se recibió de abogado por la Universidad de Buenos Aires a los 22 años. 

Ingresó a la entonces Administración Nacional de Aduanas en 1966, donde se desempeñó con solvencia, siendo designado Jefe de la División Juicio Ordinario del Departamento Contencioso en 1968 y ese mismo año también segundo Jefe del Departamento Judicial; en 1979 se hizo cargo del Departamento de Asuntos Jurídicos. En 1980 dejó el servicio aduanero, para ejercer su profesión de abogado. 

En la administración pública cumplió una fructífera y destacada labor. Cabe recordar, en especial, que en 1969 integró el Grupo de Trabajo, junto a los Dres. J. J. A. Sortheix, R. X. Basaldúa y J. T. Rubens y Rojo, que elaboró el proyecto de Ley General de Aduanas, que, como se reconociera en la respectiva Exposición de Motivos del Código Aduanero, constituyó un antecedente fundamental para su redacción. Asimismo, en 1976 integró la Comisión Redactora del Código Aduanero junto a los Dres. Alsina, E. C. Barreira, R. X. Basaldúa, R. Cambra y H. G. Vidal Albarracín y los Sres. F. García y L. Fernández, que fue sancionado mediante ley 22.415. 

Posteriormente, junto a los Dres. Alsina, Barreira, Basaldúa y Vidal Albarracín, acometió la tarea de comentar sistemáticamente dicho código, lo que dio nacimiento a una obra que cuenta con ocho volúmenes. Publicó además una serie de artículos sobre su especialidad. 

Desarrolló, asimismo, una importante actividad en el Instituto Argentino de Estudios Aduaneros, donde se desempeñó como presidente durante los años 1989 a 1991. Sus inquietudes y amplios conocimientos en la materia, lo llevaron a desempeñarse como Director de la Comisión de Derecho Aduanero del Instituto Económico del Colegio Público de Abogados de la Capital Federal, asesor de la Cámara de Importadores de la República Argentina y miembro del Consejo Consultivo Aduanero creado por la Administración Nacional de Aduanas. Participó en numerosos Congresos, Jornadas y Seminarios sobre la materia aduanera. 

Cumplió una destacada labor docente. En la Facultad de Derecho de la U.B.A. se desempeñó como profesor adjunto de Derecho Civil I, en la Cátedra del Dr. J. M. López Olaciregui. Fue profesor titular de la asignatura “Regímenes aduaneros especiales” en la carrera Magíster en Derecho Consular y Aduanero en la Universidad Notarial. También fue profesor de la asignatura “Regulación del Comercio Exterior” en la Universidad Nacional de Mar del Plata. 

De tal modo, poseía una visión de conjunto del Derecho, tanto en sus vertientes del Derecho Privado como del Público. De ahí que puede señalarse que Juan Patricio Cotter Moine era un verdadero jurista. Su sentido común y la facilidad para escribir con claridad en los temas jurídicos más intrincados, eran notas que lo caracterizaban. A lo largo de los años, sus condiciones profesionales fueron apreciadas y reconocidas en los distintos medios que frecuentaba. Pero, tal vez, para todos aquellos que tuvimos la suerte de conocerlo y frecuentarlo personalmente, son sus condiciones personales las que más extrañamos. Porque ni sus destacadas condiciones intelectuales ni sus grandes logros profesionales afectaron su innata humildad, buena disposición y cordialidad. Trabajar con el era muy agradable, pues además de disfrutar de sus profundos conocimientos jurídicos, en las discusiones sobre los distintas temas, además de saber escuchar a los demás, no perdía nunca la calma ni la cordialidad. 

A diez años de su prematura muerte, lamentamos la desaparición de un gran jurista, pero sobre todo, de un gran hombre.


Mi amigo Juan –  por Carlos Tramutola 

No soy uno de los antiguos amigos de Juan pero sí tuve el placer de disfrutar de su amistad durante los últimos diez o quince años de su vida. Compartimos varios veraneos en la misma playa y fuimos durante muchos años parte del mismo grupo de tenis de los fines de semana aunque, en el dobles, estábamos generalmente de distinto lado de la red. 

Su tesón y disciplina que seguramente lo hicieron destacar en su profesión también eran atributos notables en los momentos que compartíamos. Sus ejercicios de elongación y aflojamiento antes de comenzar el partido de tenis terminaron siendo una rutina adoptada por todos los demás. También emergía otro aspecto destacable de su personalidad que era el de llamar “al pan, pan y al vino, vino”. 

Si bien estos pocos rasgos que por brevedad simplifico podrían hacer pensar al lector que la relación de amistad era más bien ascética, quiero transmitir que era todo lo contrario. 

Juan era un tipo sereno, aunque no carente de energía, sin excitaciones desbordadas y que tendía a ubicar las cosas en su justo punto. De esta manera tanto la discusión si un pique estaba adentro o afuera del fleje como nuestras amables tertulias post-partido se hacían simples y en definitiva imperaba la calidez que emanaba de su personalidad.

Tanto yo como quienes hemos compartido esos momentos, lo recordaremos siempre con mucho afecto.